MADRID 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los trastornos perinatales del estado de ánimo, como la ansiedad y la depresión postnatal, pueden afectar tanto a las madres como a los padres de forma simultánea, según una nueva revisión sistemática y un metaanálisis dirigidos por investigadores de la University College de Londres (UCL), en Reino Unido, publicados en la revista 'JAMA Network Open'.
Se descubrió que alrededor de 3 de cada 100 parejas (el 3,18%) sufren ambos una depresión postnatal tardía, que se produce entre tres y doce meses después del nacimiento del niño. Mientras tanto, en aproximadamente 2 de cada 100 parejas, ambos progenitores sufrían depresión prenatal -antes del nacimiento del bebé- (1,72%), y depresión postnatal temprana -hasta 12 semanas después del nacimiento- (2,37%).
El estudio analizó 23 estudios con datos de 29.286 parejas que tuvieron embarazos de bajo riesgo, publicados entre el 1 de enero de 1990 y el 8 de junio de 2021. Los resultados mostraron que las madres que experimentaron factores psicosociales, como los factores de estrés en la vida temprana, el apoyo social limitado y la exposición a la violencia de la pareja, tenían más riesgo de desarrollar un trastorno del estado de ánimo perinatal.
En el caso de los padres, los principales factores asociados a un mayor riesgo de trastorno perinatal del estado de ánimo eran los niveles más bajos de educación, el desempleo, el escaso apoyo social y la angustia conyugal.
Y estudios anteriores muestran que los antecedentes de trastornos del estado de ánimo aumentan la posibilidad de desarrollar un trastorno mental común en ambos padres. Sin embargo, un trabajo reciente de los miembros del equipo del estudio demostró que hasta el 40% de las nuevas madres no se someten a un control postnatal entre 6 y 8 semanas después del parto, a pesar de que el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia en la Atención (NICE) lo recomienda. Y en el caso de los hombres, no hay ningún tipo de control.
Por ello, los investigadores creen que es necesario reevaluar el modelo actual de atención postnatal y centrarlo además en los determinantes sociales y las relaciones entre los futuros padres para identificar a las parejas de riesgo.
La autora principal, la doctora Kara Smythe, del Instituto de Epidemiología y Salud de la UCL, recuerda que "en los países de renta alta, como Estados Unidos y el Reino Unido, más del 80% de las mujeres y más del 70% de los hombres se convierten en padres. Cada año nacen más de 650.000 bebés. Por lo tanto, con tasas de prevalencia del 2% al 3% de depresión en ambos miembros de la díada parental, la carga potencial es considerable".
"Los trastornos del estado de ánimo de uno de los progenitores pueden repercutir en el otro, y hay pruebas de que la depresión paterna provoca un aumento de los síntomas de depresión en las madres durante el embarazo y en los primeros seis meses del posparto --señala--. Los trastornos perinatales del estado de ánimo de los padres se asocian a resultados adversos del embarazo, a una alteración del vínculo con el recién nacido y a problemas de comportamiento en sus hijos. La coexistencia de trastornos del estado de ánimo en ambos progenitores puede amplificar estos resultados negativos; sin embargo, se carece de datos de prevalencia".
Según apunta, "esta información es necesaria para informar sobre el establecimiento de prioridades en la atención sanitaria y facilitar el avance hacia un modelo de atención centrado en la familia que sirva mejor a la madre y al padre en su transición a la paternidad".
En la revisión sistemática, los investigadores descubrieron que en los países de ingresos altos el 11% de las nuevas madres experimentan depresión materna durante el embarazo y el 13% después del nacimiento del bebé. Por su parte, un metaanálisis realizado en 21 países estimó que el 9,76% de los padres experimentaban depresión paterna durante el embarazo y el 8,75% en el primer año postnatal.
La tasa de ansiedad paterna también se triplica cuando la madre está deprimida. También se ha comprobado que los trastornos perinatales del estado de ánimo progresan a lo largo del embarazo y los meses posteriores al parto. Las mujeres tienen tres veces más probabilidades, y los hombres nueve veces más, de desarrollar una depresión postnatal si han sufrido una depresión en los meses anteriores al nacimiento del niño.
La doctora Smythe subraya que "la depresión perinatal puede seguir un curso prolongado; la mayoría de los hombres y mujeres que tienen síntomas depresivos a las 4 y 8 semanas después del parto siguen teniendo síntomas a los 6 meses después del parto, y algunos desarrollan síntomas en el período postnatal posterior".
"Las investigaciones futuras deberán determinar el curso longitudinal de los trastornos perinatales del estado de ánimo que coexisten en ambos progenitores, lo que podría cambiar la práctica clínica --avanza--. La atención a la depresión postnatal suele centrarse en las primeras 12 semanas después del parto, lo que se refleja en las directrices de la práctica. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que la atención clínica a los trastornos perinatales del estado de ánimo puede necesitar extenderse más allá del período postnatal temprano", señala.