MADRID, 7 Mar. (EDIZIONES) -
Debemos evitar proporcionar a nuestros hijos, por ejemplo, los cereales de caja, o cualquier producto que cuando lees la etiqueta haya más de un gramo de azúcar por cada 100 gramos de producto. Se trata de una cifra muy elevada de azúcares.
Así lo advierte en una entrevista con Infosalus la doctora Mar López Sureda, madre y pediatra de Atención Pediatra, máster de Atención Primaria y otro en Nutrición infantil, quien acaba de publicar 'Las respuestas de mi pediatra. Tu guía fácil y práctica de salud infantil en casa' (Grijalbo).
En este sentido, destaca que la OMS recomienda la ingesta de cero gramos de azúcar en niños de 0 a 2 años, y la ingesta baja de azúcares a lo largo de toda la vida (menos del 5% de la ingesta calórica total).
CONSECUENCIAS DEL AZÚCAR EXCESIVA EN LA DIETA
Remarca esta especialista que no es saludable dar a nuestros hijos galletas o zumos, pese a que a nosotros en nuestra infancia sí nos las dieran: "En los últimos estudios que han visto la luz, en España las tasas de obesidad y de sobrepeso son más altas que en Estados Unidos".
Además, subraya que hay muchas personas adultas que comen mal, muchos no comen verdura, o bien se han acostumbrado a comerlas desde hace pocos años, y esto es consecuencia del tipo de alimentación que tenían de pequeños, donde nos acostumbraron al paladar dulce. "Nos acostumbraron al paladar dulce porque en ese momento no se sabía, se pensaba que la galleta y el zumo eran lo mejor, igual que una fruta, y ahora esta, por ejemplo, es una consecuencia que se está pagando", sostiene.
Con ello, mantiene que si ofrecemos azúcares en abundancia a nuestros menores el paladar se acostumbra a comer cosas dulces, de forma que cuando le das una verdura más amarga al final le cuesta mucho más comérselo, y hace que la persona finalmente no tenga una dieta equilibrada.
EL PROBLEMA DE LAS CARIES
A su vez, resalta que ese consumo excesivo de azúcar en niños puede conllevar principalmente un problema de caries: "En ocasiones, también, los padres les añaden cereales de caja en el biberón, y aunque fuera un cereal natural triturado, estás añadiéndoles un extra de algún tipo de azúcar porque al final trituras hidratos de carbono en trozos más pequeños, y liberas azúcares, y los liberas a la leche. Los dientes están también más tiempo en contacto con algo azucarado".
Después, sostiene la doctora López que muchas veces les lavamos los dientes un mínimo de dos veces al día, sobre todo muy importante antes de ir a dormir, pero hay veces que es muy difícil lavárselos y el cepillado no es perfecto; de forma que la probabilidad de caries es bastante alta.
También el que coman mucho dulce hace que aparquen el consumo de otros alimentos más saludables, se llenen, y por ejemplo no cenen. "Al final del día muchas veces les hemos dado más azúcares de los que pensamos", considera esta pediatra con consulta 'on line'.
Por otro lado, considera que tomar más azúcar del recomendado diariamente aumenta el riesgo de muchas enfermedades como la diabetes, la caries como hemos mencionado, la enfermedad cardiovascular, la obesidad y el sobrepeso; recordando que al final todas estas patologías, al mismo tiempo, se relacionan con otras, como puede ser el cáncer.
En los niños, precisa que un exceso de azúcar conlleva igualmente hiperactividad, dolor abdominal, gases, diarrea, alteración de la flora intestinal, sensación de saciedad, o alteración del gusto, entre otros síntomas.
QUÉ ALIMENTOS EVITAR EN ESTE SENTIDO
Tal y como hemos comentado al inicio de este reportaje, esta experta resalta que debemos evitar aquellos alimentos en los que haya más de un gramo de azúcar por cada 100 gramos de producto.
Pide prescindir del consumo de bebidas carbonatadas; de cremas de cacao untables; de yogures de sabores; de kétchup y otro tipo de salsas con azúcar incorporado; las frutas bebibles en bolsas para niños de muchas empresas que ahora surgen como 'eco' y 'bio', porque los padres se fían en muchos casos y piensan que son saludables, pero no suele ser lo habitual porque suelen llevar muchos azúcares.
Además, incide en que la fruta debería masticarse y tragarse, no beberse, ni tampoco hacerse purés. "Como mucho machacarse porque un niño es capaz de comer medio plátano o media mandarina, comen poco, y en otra hora el otro medio plátano. A un bebé no puedes darle un plátano, una mandarina y una manzana de una vez en 10 minutos, le estás dando mucha azúcar; aparte en un zumo si está licuado, cortas la fibra, esta no está para envolver el azúcar, y se absorbe más rápido y se convierte en perjudicial", relata.
Otros alimentos a evitar en su opinión son: cereales hidrolizados para bebés, potitos para bebés, infusiones para que el bebé duerma, zumos tanto naturales como industriales, muchas leches vegetales, cereales del desayuno, bricks de leche con vainilla y chocolate.
¿HAY AZÚCARES BUENOS Y MALOS?
Insiste aquí en que "por supuesto" hay "azúcar bueno y azúcar malo", siendo el saludable el intrínseco al alimento, como por ejemplo la fructosa de la fruta, o la lactosa de la leche: "Hay una excepción de azúcar intrínseco que es perjudicial, y es el presente en la miel, jarabes, zumos, y concentrados de frutas. Tampoco es saludable el azúcar añadido por el fabricante o cocinero y consumidor".
Detalla esta doctora que otros nombres que recibe el azúcar son: panela, caramelo, maltosa, sacarosa, glucosa, melaza, miel, azúcar de 'x', jarabe, sirope, néctar de 'x', zumo o concentrado de fruta, maltodextrina, dextrinado, hidrolizado etc.
¿PODEMOS USAR EDULCORANTES CON LOS MENORES?
Por otro lado, preguntamos a Mar López si, en sustitución del azúcar, podemos ofrecer a nuestros hijos edulcorantes, y nos cuenta que esto podría hacerse a partir de los tres años, y antes no porque no se sabe si pueden tener algún tipo de efecto secundario.
"No hay estudios al respecto. A partir de entonces sí se pueden usar, pero al final siempre dice que es mejor si vas a preparar un pastel por su cumple endulzar con plátano o con un poco de dátil, que tiene más azúcar que si no la pones, pero que es azúcar natural, y mejor que ponerle un edulcorante o azúcar en sí", agrega, al tiempo que precisa que los edulcorantes son aditivos alimentarios, aunque no aportan calorías.
Dice que tienen "un metabolismo mejor", si bien su consumo les acostumbra mucho el paladar a esos sabores, les endulzamos las cosas, y no les dejamos que tengan sabor natural. "Si le das a un peque unas tortitas por la mañana sin edulcorante o azúcar se acostumbra a ese sabor. No pasa nada porque puntualmente un día le des pastel. Pero siempre intentar que el paladar se acostumbre a los otros sabores que no son dulces", concluye Mar López, la pediatra.