MADRID 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las tasas excesivas de mortalidad se han mantenido altas en Occidente durante tres años consecutivos desde el inicio de la pandemia de COVID-19, según un análisis de datos de 47 países publicado en la revista 'BMJ Public Health' por Saskia Mostert del departamento de Oncología Pediátrica en el Emma Children's Hospital de Amsterdam en Países Bajos.
Estas cifras se han dado a pesar de la implementación de diversas medidas de contención y la disponibilidad de vacunas contra la COVID-19, lo que genera "graves motivos de preocupación", afirman los investigadores, que piden a los gobiernos y a los responsables políticos que investiguen a fondo las causas subyacentes.
Los investigadores querían calibrar la eficacia de la respuesta a la crisis sanitaria planteada por la pandemia de COVID-19, reflejada en el exceso de muertes. Se refieren al número de personas que murieron por cualquier causa superior a lo que normalmente se esperaría para una semana o mes determinado entre enero de 2020 y diciembre de 2022 en 47 países de Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda.
Los investigadores aplicaron un método estadístico llamado modelo de estimación de Karlinsky y Kobak. Utiliza datos históricos de muertes en un país en particular desde 2015 hasta 2019 y tiene en cuenta la variación estacional y las tendencias anuales en las muertes debido a cambios en la estructura de la población. El número total de exceso de muertes en los países incluidos en el análisis fue de 3.098.456. 41 países (87%) notificaron un exceso de muertes en 2020, 42 (89%) en 2021 y 43 (91%) en 2022.
En 2020, año en el que comenzó la pandemia de COVID-19 y se implementaron medidas de contención, como confinamientos, distanciamiento social, cierre de escuelas y cuarentenas, se registraron 1.033.122 muertes adicionales (un 11,5% más de lo esperado).
En 2021, el año en el que se utilizaron tanto las medidas de contención de la COVID-19 como las vacunas contra la COVID-19 para frenar la propagación y la infección del virus SARS-CoV-2, se informó de un total de 1.256.942 muertes adicionales (un poco menos de un 14% más de lo esperado).
Y en 2022, año en el que se levantaron la mayoría de las medidas de contención, pero se continuaron con las vacunas contra la COVID-19, los datos preliminares indican que se registraron 808.392 muertes excesivas.
Groenlandia fue el único país de los 47 que no informó ningún exceso de muertes entre 2020 y 2022. Entre otros, la diferencia porcentual entre el número de muertes reportado y proyectado fue mayor en 13 países (28%) durante 2020, en 21 (46% ) durante 2021, y en 12 (26%) durante 2022.
La diferencia porcentual entre el número de muertes documentadas y proyectadas fue mayor en el 28% de los países durante 2020, en el 46% durante 2021 y en el 26% durante 2022. No está claro cuántas de este exceso de muertes reflejan el impacto de la infección por COVID-19 o los efectos indirectos de las medidas de contención y los programas de vacunación, afirman los investigadores.
Si bien es probable que los efectos indirectos de las medidas de contención cambiaran la escala y la naturaleza de la enfermedad por numerosas causas de muerte después de la pandemia, los causados ??por el uso restringido de la atención médica y la agitación socioeconómica son difíciles de probar, añaden.
Los investigadores reconocen varias limitaciones de sus hallazgos, incluida la incompletitud de algunos datos, particularmente para 2022, porque pueden pasar meses o incluso años antes de que se registre una muerte en ciertos países, explican.
Y la forma en que se compilan estos datos difiere entre los países, destacan los investigadores, quienes también señalan que los datos que utilizaron no proporcionaron una estratificación detallada de características clave, como la edad o el sexo.
Sin embargo, concluyen: "El exceso de mortalidad se ha mantenido alto en el mundo occidental durante tres años consecutivos, a pesar de la implementación de medidas de contención de la COVID-19 y de las vacunas contra la COVID-19. Esto no tiene precedentes y plantea serias preocupaciones. Los líderes gubernamentales y los responsables de la formulación de políticas deben investigar a fondo las causas subyacentes del exceso de mortalidad persistente y evaluar sus políticas de crisis sanitaria".