MADRID, 18 Dic. (EDIZIONES) -
En la búsqueda de posibles formas de prevenir o mitigar esta enfermedad de Alzhimer, los investigadores continúan explorando diversas estrategias, desde intervenciones médicas hasta cambios en el comportamiento y el entorno laboral. Un aspecto que ha captado atención es cómo ciertas actividades que implican habilidades cognitivas específicas podrían influir en el riesgo de desarrollar Alzheimer.
Un nuevo estudio de investigadores del Mass General Brigham (Estados Unidos) plantea la posibilidad de que los trabajos que requieren un procesamiento espacial frecuente (como averiguar una ruta de taxi o la mejor manera de llegar a un hospital) puedan conducir a tasas más bajas de muerte por enfermedad de Alzheimer.
El trabajo, publicado en 'British Medical Journal' (BMJ) plantea esta cuestión analizando datos nacionales sobre las ocupaciones de las personas que habían fallecido para evaluar el riesgo de muerte por enfermedad de Alzheimer en 443 profesiones. De esta orma, descubrieron que conducir taxis y ambulancias se asociaba con una tasa más baja de muerte por enfermedad de Alzheimer en comparación con otras profesiones.
"La misma parte del cerebro que participa en la creación de mapas espaciales cognitivos (que utilizamos para orientarnos en el mundo que nos rodea) también participa en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer", euncia el autor principal, el doctor Vishal Patel, médico residente del Departamento de Cirugía del Brigham and Women's Hospital.
"Planteamos la hipótesis de que ocupaciones como la conducción de taxis y ambulancias, que exigen un procesamiento espacial y de navegación en tiempo real, podrían estar asociadas con una menor carga de mortalidad por enfermedad de Alzheimer en comparación con otras ocupaciones", afirman
Patel y sus colegas del Brigham and Women's Hospital y del Massachusetts General Hospital (Estados Unidos), analizaron las muertes del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales de adultos de Estados Unidos 443 ocupaciones diferentes entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2022. El equipo examinó información sociodemográfica, incluida la edad, el sexo, la raza, la etnia y el nivel educativo, además de la ocupación que desempeñó la persona durante la mayor parte de su vida laboral.
De los casi 9 millones de personas incluidas en el estudio de todas las ocupaciones, el 3,88% (348.328) murió de enfermedad de Alzheimer. Entre los taxistas, el 1,03% (171/16.658) murió de enfermedad de Alzheimer, mientras que entre los conductores de ambulancia, la tasa fue del 0,74% (10/1348). Después del ajuste, los conductores de ambulancia (0,91%) y los taxistas (1,03%) tuvieron la proporción más baja de muertes debido a la enfermedad de Alzheimer de todas las ocupaciones examinadas.
Esta tendencia no se observó en otros trabajos relacionados con el transporte que utilizan rutas predeterminadas, como los conductores de autobús (3,11%) o los pilotos de aviones (4,57%), que dependen menos del procesamiento espacial y de navegación en tiempo real. La tendencia no se vio para otros tipos de demencia.
"Nuestros resultados resaltan la posibilidad de que los cambios neurológicos en el hipocampo o en otras partes entre los conductores de taxis y ambulancias puedan explicar las tasas más bajas de enfermedad de Alzheimer", destaca el autor principal Anupam B. Jena, médico del Departamento de Medicina del Hospital General de Massachusetts.
Los autores señalan que se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto. Y reconocen las limitaciones, incluida la de que las personas con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer pueden tener menos probabilidades de acceder o permanecer en ocupaciones que requieran una gran memoria, como conducir taxis y ambulancias. Sin embargo, afirman que esto es poco probable dado que los síntomas de la enfermedad de Alzheimer suelen aparecer después de la edad laboral.
"No consideramos que estos hallazgos sean concluyentes, sino que generen hipótesis", matiza Jena. "Pero sugieren que es importante considerar cómo las ocupaciones pueden afectar el riesgo de muerte por enfermedad de Alzheimer y si alguna actividad cognitiva puede ser potencialmente preventiva", advierten.