MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Menos de dos tercios de los adultos pueden estimar correctamente su propio (IMC) y menos de la mitad pueden identificar su propio tamaño corporal, según un estudio publicado en la revista 'Scientific Reports'.
El investigador de la Universidad Médica de Silesia (Polonia) Wojciech Gruszka y sus colegas calcularon el IMC de de 744 adultos polacos entre 2010 y 2011 y lo compararon con las estimaciones de los participantes sobre su propio IMC y tamaño corporal.
Los participantes, que tenían una media de 36 años y de los cuales el 60,7% eran mujeres, también informaron de lo satisfechos que estaban con su cuerpo. 21 participantes tenían un IMC por debajo del peso normal (menos de 18,5 kg/m2), 326 tenían un IMC saludable (entre 18,5 y 24,9 kg/m2), 221 tenían un IMC con sobrepeso (entre 25,0 y 29,9 kg/m2) y 176 tenían un IMC obeso (más de 30,0 kg/m2).
Los autores descubrieron que el 63,5% de los participantes estimaron correctamente su propio IMC y el 49,5% su tamaño corporal. También descubrieron que los participantes subestimaban con frecuencia su propio IMC y su tamaño corporal.
El 17,6% de los que tenían un IMC saludable estimaron que tenían un IMC por debajo de lo normal, el 14,3% de los que tenían un IMC con sobrepeso estimaron que tenían un IMC saludable y el 41,6% de los que tenían un IMC obeso estimaron que tenían un IMC con sobrepeso.
El 39,8% de los que tenían una talla corporal sana estimaron que su talla corporal era inferior a la normal, el 35,7% de los que tenían una talla corporal con sobrepeso estimaron que tenían una talla corporal sana y el 49,9% de los que tenían una talla corporal con obesidad estimaron que su talla corporal tenía sobrepeso.
Sólo una cuarta parte (25,4%) de los participantes declararon estar satisfechos con su tamaño corporal actual y el 65,7% declararon querer que su cuerpo fuera más pequeño. Los hombres eran significativamente más propensos que las mujeres a subestimar su propio IMC y tamaño corporal, y a estar satisfechos con su tamaño corporal.
Los autores sugieren que la creciente prevalencia de la obesidad y el estigma asociado a ella pueden hacer que los adultos sean más propensos a subestimar su propio IMC y tamaño corporal. Añaden que es necesario seguir investigando si las intervenciones psicológicas que abordan la percepción del tamaño corporal podrían ayudar a las personas a controlar mejor su peso.