MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Tener una red social fuerte podría ser la clave para preservar la memoria. Una nueva investigación de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, descubrió que los ratones alojados en grupos tenían mejores recuerdos y cerebros más sanos que los animales que vivían en parejas.
El descubrimiento refuerza un cuerpo de investigación en humanos y animales que respalda el papel de las conexiones sociales en la preservación de la mente y la mejora de la calidad de vida, dice la investigadora principal Elizabeth Kirby, profesora asistente de neurociencia del comportamiento y miembro del Centro para Lesiones Cerebrales Crónicas en el Estado de Ohio.
"Nuestra investigación sugiere que simplemente tener una red social más grande puede influir positivamente en el envejecimiento del cerebro", afirma Kirby, miembro del Instituto Neurológico del Centro Médico Wexner de Ohio. Su investigación se publica en la revista 'Frontiers in Aging Neuroscience'.
"Sabemos que en los humanos existe una fuerte correlación entre la salud cognitiva y las conexiones sociales, pero no sabemos si tener un grupo de amigos lo que protege a las personas o si las personas con salud cerebral en declive se separan de sus relaciones humanas", dice Kirby.
Este estudio fue diseñado para responder a esa pregunta difícil de descifrar con un modelo animal. Algunos ratones vivían en parejas, a lo que Kirby se refiere como el "modelo de la pareja de ancianos" y otros fueron alojados durante tres meses con otros seis compañeros de habitación, un escenario que permite "interacciones bastante complejas".
Los ratones tenían entre 15 meses y 18 meses de edad durante el experimento, un tiempo de disminución significativa de la memoria natural en la vida útil de los roedores. "Es como la edad del ratón después de la jubilación. Si condujeran, olvidarían dónde están las llaves o dónde aparcaron el coche con más frecuencia", detalla Kirby.
En pruebas de memoria, a los ratones alojados en grupo les fue mejor. Una prueba desafió a los roedores a reconocer que un juguete, como un carro de plástico, se había llevado a una nueva ubicación. Un ratón con buena salud cerebral se moverá hacia la novedad de algo que ha sido reubicado.
"Con los ratones alojados en parejas, no tenían idea de que el objeto se había movido. Los ratones que vivieron en grupo eran mucho mejores a la hora de recordar lo que habían visto antes y se dirigieron al juguete puesto en una nueva ubicación, ignorando otro juguete que no se había movido", señala Kirby.
MENOS SIGNOS DE INFLAMACIÓN CEREBRAL EN LOS RATONES SOCIALES
En otra prueba común de memoria basada en laberintos, se coloca a los ratones en una mesa redonda bien iluminada con agujeros, algunos de los cuales conducen a escotillas de escape. Su tendencia natural es buscar las vías de escape oscuras, no expuestas y "seguras".
Ambos grupos de ratones mejoraron sus estrategias de búsqueda de ruta de escape con la práctica, pero el equipo de investigación se sorprendió por las diferencias en la respuesta de los grupos a las pruebas repetidas, dice Kirby. Los ratones "emparejados" no fueron más rápidos en la prueba cuando se repitió en el transcurso de un día.
"Pero en el transcurso de muchos días, desarrollaron una estrategia de búsqueda en serie donde revisaron cada hoyo lo más rápido posible. Sería como caminar lo más rápido posible a través de cada fila de estacionamiento para buscar tu coche en lugar de tratar de recordar dónde está tu automóvil en realidad y caminar hasta ese punto", detalla Kirby.
Sin embargo, los ratones alojados en grupo mejoraron con cada prueba. "Parecían tratar de memorizar dónde están las vías de escape y caminar hacia ellas directamente, que es el comportamiento que vemos en los ratones jóvenes sanos --apunta Kirby--. Y eso nos dice que están usando el hipocampo, un área del cerebro que es realmente importante para una buena función de la memoria".
La búsqueda en serie empleada por los ratones que vivían en parejas es más simple, más fácil y no utiliza esa parte del cerebro. En humanos, ratones y muchos otros animales, la función cerebral en el hipocampo disminuye notablemente con la edad, incluso en ausencia de demencia. Se sabe que el ejercicio y los vínculos sociales preservan la memoria en esta región en las personas, dice Kirby.
Tras el experimento de la vivienda, los investigadores examinaron el tejido cerebral de los ratones y encontraron una mayor inflamación en los ratones alojados en parejas: evidencia biológica de erosión de la salud cognitiva. "Los ratones alojados en grupo tenían menos signos de esta inflamación, lo que significa que sus cerebros no se veían tan 'viejos' como los que vivían en parejas", afirma Kirby.
Los investigadores también buscaron evidencia de un nuevo crecimiento de neuronas en el hipocampo y no encontraron diferencias entre los grupos. Investigaciones previas en esta área se han centrado principalmente en ratones que tienen ambientes altamente enriquecidos con muchos juguetes y oportunidades para hacer ejercicio y los han comparado con animales sin mucho que hacer.
Este estudio va más allá al mostrar diferencias que parecen deberse solo a la socialización, dice Kirby. Las futuras investigaciones deberían explorar las explicaciones moleculares para la conexión entre la socialización y la mejora de la memoria y la salud cerebral, añade y apunta que las personas que están envejeciendo harían bien en considerar cómo podrían afectar sus elecciones sobre dónde vivir a su capacidad de ser sociales.