MADRID, 9 Ene. (EDIZIONES) -
No nos equivoquemos: la testosterona es una hormona liberada tanto en hombres como en mujeres. Siempre la asociamos con las características que proporcionan la masculinidad a los hombres, como el carácter, la voz grave, el impulso sexual, o la musculatura y la fuerza. Pero su 'poder' va más allá y no solo actúa sobre el sexo masculino.
De hecho, cumple numerosísimas misiones en nuestro organismo, y no solo en la esfera sexual. De ahí que, el doctor Antonio Hernández, médico especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento y fundador de la Clínica Keval+ (Valencia), hable en su libro 'Testosterona' (Alienta Editorial), de "la hormona de la vida", pero también, de la "hormona más controvertida".
Cuenta concretamente en una entrevista con Infosalus que en los hombres se libera en los testículos y en las glándulas suprarrenales, mientras que en las féminas en la capa externa de sus ovarios, pero también en las cápsulas suprarrenales. ¿La diferencia? Se encuentra en las proporciones pero ambos sexos cuentan con testosterona.
Precisa que en el hombre las concentraciones son de hasta 10-15 veces superiores en las mujeres. "Tanto la testosterona, como la progesterona o los estrógenos se encuentran en ambos sexos. Son hormonas cruciales para la correcta salud física y emocional tanto de la mujer como del hombre, pero lo que difieren es en las concentraciones", detalla.
Entonces, ¿cuáles son sus funciones? "Mantener adecuadas concentraciones de testosterona en sangre resulta necesario para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, los huesos, o un equilibrado estatus cognitivo y emocional. Tener adecuadas concentraciones de testosterona en sangre permitirá que el desarrollo del síndrome metabólico, de la diabetes tipo 2, de patologías cardiovasculares o neurovasculares sean mucho menor", defiende en la introducción de su libro.
Así, y en primer lugar, en una conversación con Infosalus explica el papel que la testosterona cumple a la hora de preservar la musculatura y la densidad mineral ósea, tan vital en el caso de la mujer con la menopausia, donde ronda la osteoporosis, pero también en el hombre, quien de igual forma que en la mujer, corre el riesgo de desarrollar sarcopenia o pérdida de masa muscular con la edad.
Es vital igualmente, según prosigue, para el correcto funcionamiento del metabolismo en esta era de síndrome metabólico, de obesidad, de diabetes tipo 2, en definitiva, de patologías cardiovasculares.
"Evidentemente es vital por el clarísimo impacto alrededor de la esfera sexual tanto en hombres como mujeres, y aquí hablamos del impacto positivo a partir de la mediana y tercera edad, donde impacta en la autoestima, en el control de las emociones y en la predisposición a procesos ansioso-depresivos", recalca el doctor Hernández.
Es más, remarca el impacto indirecto que ejerce sobre las personas: "Cuando estas mejoran diferentes áreas fisiológicas, es decir, cuando una persona por tener más fuerza o masa muscular puede volver a hacer su actividad cotidiana que había dejado de hacer, tiene también más capacidad de hacer vida social porque a su vez su sistema inmune es también más fuerte, la autonomía consigo mismo y la capacidad para encarar el día a día es mayor y esto empodera a una persona y le permite tener mejor estado de ánimo".
Recuerda que son "múltiples" los trabajos científicos que recogen que a partir de los 40-50 en el hombre tiene lugar por ejemplo la disfunción eréctil, mientras que en la mujer el síndrome de anorgasmia. "En el momento en el que se recuperan las concentraciones de testosterona al recuperar la esfera sexual y la intimidad perdida con la pareja esto favorece mucho el estado de ánimo indirectamente y la forma de encarar el día a día", insiste el especialista en medicina antienvejecimiento.
TAMBIÉN INFLUYE EN EL SISTEMA INMUNE Y EN NUESTRA LONGEVIDAD
En la esfera del sistema inmune, en el que ahora estamos todos un poco más puestos, el doctor Hernández comenta que la testosterona influye principalmente evitando la sarcopenia antes citada: "Uno de los grandes problemas con el paso del tiempo, con el estrés físico o emocional, y relacionado también con problemas de desnutrición es la pérdida de masa muscular, que impacta tanto en el correcto funcionamiento del sistema inmune, por lo que es muy importante preservar cualquier agente que favorezca el mantener la masa muscular".
Ahora bien, reconoce que si se intenta hacer honor a la literatura científica, "no hay estudios que documenten que la testosterona genera más supervivencia a largo plazo pero sí esta muestra que afecta a la calidad de vida, a la prevención de la sarcopenia que hemos contado, o de patologías que giran alrededor del metabolismo, aparte de mejorar la vida sexual. "La testosterona nos asegura vivir mejor, no vivir más", añade.
UN COADYUVANTE
¿Como darnos cuenta de que tenemos correctos nuestros niveles de testosterona? Hernández subraya que a partir de un análisis de sangre. Remarca aquí la importancia de que, siendo como hemos contado una hormona tan vital y que puede prometer tantas mejorías, jamás, dada su experiencia laboral, se puede abordar una terapia de reposición de testosterona sin una correcta guía, ni unas pautas adecuadas de nutrición o de deporte, de control del estrés, porque en realidad lo que hará la testosterona es camuflar los síntomas.
"La testosterona debe ser una herramienta encuadrada dentro de un marco general de cuidados y ser un agregado, un coadyuvante. En pacientes con déficit de testosterona, por ejemplo, he constatado que reponer dicha hormona a través de parches, geles o inyecciones intramusculares podía solventar muchos síntomas asociados al envejecimiento, así como mejorar la calidad de vida de las personas, pero por desgracia, muchas personas, que guiadas por la tentación de usar testosterona para cambiar su vida, han terminado con numerosos efectos secundarios que afectan a su salud", sostiene.