MADRID, 28 Nov. (EDIZIONES) -
En los últimos seis años, mas de 180 artículos médicos reconocieron tener financiación de la industria de combustibles fósiles y otros 1.000 artículos presentan autores que trabajaron para una empresa de combustibles fósiles o alguna organización relacionada, según una investigación publicada en 'The BMJ', que revela el alcance de la participación de la industria de los combustibles fósiles en la investigación médica.
Así lo desvela un análisis realizado por los periodistas Hristio Boytchev, Natalie Widmann y Simon Wörpel. Si bien muchos estudios no tienen un vínculo obvio con los intereses de la industria de los combustibles fósiles, los expertos dijeron a 'The BMJ' que publicar investigaciones beneficia a las empresas al mejorar su reputación y comprar influencia ante los investigadores y los profesionales de la salud.
Así, el análisis de BMJ descubrió que Saudi Aramco, la compañía petrolera nacional de Arabia Saudita, estaba involucrada en alrededor de 600 artículos, principalmente a través de Johns Hopkins Aramco Healthcare (JHAH), un proyecto conjunto entre el gigante petrolero y Johns Hopkins Medicine (Estados Unidos). Muchos de estos artículos se referían a enfermedades infecciosas como la Covid-19 y el Mpox.
Por su parte, ExxonMobil fue vinculada al segundo grupo más grande de artículos. La Fundación ExxonMobil ha financiado la Red Mundial de Resistencia a los Antimaláricos, que apoya la investigación sobre la malaria. Hasta hace poco, la empresa pasó casi tres décadas perforando en busca de petróleo en Guinea Ecuatorial, un país con un alto riesgo de malaria. La Universidad Johns Hopkins, la Facultad de Medicina de Johns Hopkins y ExxonMobil no respondieron a las solicitudes de comentarios de The BMJ. Saudi Aramco se negó a hacer comentarios.
Más de 1.000 artículos fueron escritos en coautoría por empleados de las empresas. A menudo, esto se debió a la participación de hospitales o institutos de investigación que están directamente relacionados con las empresas, como el Hospital Ahmadi de Kuwait Petroleum Corporation (KPC).
El 'BMJ' también encontró alrededor de 75 artículos escritos por coautores afiliados a empresas de combustibles fósiles sin socios académicos. Entre ellos se encontraban Shell, ExxonMobil y KPC (involucrada a través del Hospital Ahmadi). "Shell tiene un sólido historial de apoyo a importantes investigaciones académicas y nuestra participación siempre queda clara", comenta un portavoz de la empresa.
Los resultados se dan a conocer en un momento en que algunos expertos exigen que la industria de los combustibles fósiles reciba un trato similar al que reciben las tabacaleras. "Las empresas de combustibles fósiles y la industria del tabaco son similares tanto en la enorme escala del daño que causan a la salud como en sus tácticas de distorsión deliberada de la ciencia", argumenta Anna Gilmore, directora del Grupo de Investigación sobre el Control del Tabaco de la Universidad de Bath (Reino Unido). "Las revistas de investigación y las instituciones académicas deben replantearse sus colaboraciones con la industria de los combustibles fósiles".
De las cinco principales revistas médicas del mundo, solo 'The BMJ' tiene una política que prohíbe la investigación vinculada a los combustibles fósiles. Un portavoz del Grupo Lancet, editor de la revista 'Lancet', aporta que los editores "examinarían en profundidad cualquier investigación financiada por la industria de los combustibles fósiles" y que "es muy poco probable que las revistas Lancet publiquen ese tipo de investigaciones a menos que proporcionen un claro beneficio para la salud pública y humana".
Por su parte, un portavoz de 'Nature' argumenta que los expertos en cuestiones de interés están a disposición de los evaluadores y que "existe un alto grado de supervisión editorial para las revisiones publicadas en la revista". 'The New England Journal of Medicine' y 'The Journal of the American Medical Association' no hicieron comentarios.