MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
La doctora Laura Cuesta, del Servicio de Pediatría del Departamento de Salud de Manises, afirma que los tics involuntarios en los niños son "bastante frecuentes", aunque advierte de que se debe acudir al pediatra cuando sean invalidantes, es decir, cuando empiecen a ocasionar problemas en el propio niño o su entorno, o cuando se sospeche que existe un trastorno asociado.
Los tics en niños son movimientos de la musculatura estereotipados, involuntarios, inoportunos, irresistibles y bastante frecuentes. Al tratarse de una patología común entre los menores de edad, no debe generar especial preocupación entre los padres. Sin embargo, adquieren relevancia cuando ocurren muchas veces al día e interfieren en su vida diaria.
La especialista recalca que, en la mayoría de los casos, estos tics son transitorios y que "se le debe explicar a la familia que se trata de un cuadro que no pone en peligro la vida del niño y que, en ocasiones, es autolimitado y desaparece con el tiempo".
CAUSAS DE LOS TICS
A pesar de que no se conocen las causas de los tics primarios, se cree que hay factores genéticos relacionados con su aparición. Puesto que los tics podrían tener un origen genético, tener antecedentes familiares de tics puede suponer un factor de riesgo y es importante vigilar este aspecto.
A la hora de valorar los tics nerviosos, se deben tener en cuenta factores emocionales como el nerviosismo del niño, su estrés, concentración, tensión o alegría. Por eso, la doctora Laura Cuesta asegura que se debe intentar "no recriminar al niño ni mostrar preocupación ante la aparición de estos movimientos".
El 99 por ciento de los tics suelen aparecer antes de los 15 años, y aunque pueden aparecer en niños de entre 3 y 4 años, la mayoría se manifiestan entre los 5 y 8 años. Además, en líneas generales, tiene una mayor prevalencia en niños que en niñas, siendo la proporción de 3 casos de niños frente a 1 de niñas.
TRASTORNOS DERIVADOS DE LOS TICS
Los tics se pueden asociar, en algunos casos, con otros trastornos, como el obsesivo compulsivo (TOC), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno negativista desafiante, entre otros.
Entre un 26 y un 67 por ciento de los casos de niños con tics se asocian con el TOC. "Es por ello que, ante un niño con tics, se deben vigilar signos de alarma que nos hagan sospechar en alguno de estos trastornos", apunta Cuesta.
TRATAMIENTO DE LOS TICS EN NIÑOS
En la mayoría de los niños una correcta información sobre los tics y un seguimiento evolutivo pueden ser suficientes para superarlos. En aquellos casos invalidantes, se reserva el tratamiento farmacológico que puede llegar a eliminarlos.
El abordaje psicológico, realizado con técnicas cognitivo-conductuales, también puede beneficiar al niño, siendo muy importante saber cómo trabajar los tics en menores. En algunos pacientes con otros trastornos asociados, el tratamiento del propio trastorno puede favorecer a mejorar los tics.