MADRID, 8 May. (EDIZIONES) -
La acidez estomacal puede ser el síntoma de una patología muy frecuente en la población general, denominada enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE, que aparece cuando el reflujo del contenido del estómago produce síntomas molestos o complicaciones.
"Se puede presentar típicamente en forma de pirosis (sensación urente ---quemazón o ardor-- en la región retroesternal), y regurgitación ácida (percepción de retorno del contenido gástrico a la boca y a la hipofaringe sin náuseas)", detalla en una entrevista con Infosalus la doctora Ana Isabel Romero Reina médico de Aparato Digestivo, especialista en esófago de Barrett y en pruebas funcionales de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid).
No obstante, la también miembro de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) menciona que existen otros síntomas relacionados con el reflujo como: el dolor torácico, los eructos, la hipersalivación, la patología pulmonar (tos o asma por ejemplo), u otorrinolaringológica (laringitis, erosiones dentales, entre otras).
Apunta también a los denominados signos o síntomas de alarma como: la disfagia (dificultad para tragar), anemia ferropénica, vómitos persistentes, hemorragia digestiva (heces negras o sangrado rectal), pérdida de peso no justificada y la masa abdominal palpable.
Pero, ¿por qué se produce la acidez estomacal? La doctora Romero Reina, miembro también de la Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad (ASENEM), mantiene que la ERGE se produce por un complejo mecanismo ocasionado por un desequilibrio entre los factores defensivos que protegen el esófago y los factores agresivos del estómago:
·Factores protectores:
-Alteración de los mecanismos antirreflujo: representa la primera línea de defensa esofágica contra el ataque del ácido; está integrada por los factores anatómicos y funcionales que forman la unión esófago-gástrica, que contribuyen a la competencia de la barrera antirreflujo y son: hipotonía del esfínter esofágico inferior, hernia de hiato, cirugías esófago-gástricas y las relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior; siendo estas últimas el mecanismo más frecuente de reflujo en los pacientes con presiones esfinterianas normales.
-Aclaramiento esofágico: el segundo nivel de defensa contra los daños por reflujo es la 'eliminación del ácido esofágico'; el tiempo que permanece en contacto el material refluido con la mucosa esofágica está en relación directa con la capacidad de aclaramiento esofágico.
·Factores agresivos: secreción ácida gástrica y reflujo duodenogástrico.
UNA PATOLOGÍA EN BENIGNA POR LA QUE HAY QUE CONSULTAR
En este sentido, la experta de la Fundación Jiménez Díaz mantiene que la ERGE es una enfermedad fundamentalmente benigna, y en más del 60 % de los pacientes no se producen lesiones a nivel del esófago, si bien advierte de que existe un porcentaje, "no despreciable", en el que puede existir inflamación del esófago (esofagitis) y/u otras complicaciones (10 %), tales como: estenosis esofágicas (disminución del calibre de la luz del esófago), esófago de Barrett (lesión premaligna, en el que las células de la mucosa del esófago se transforman en 'células de tipo intestinal'), o adenocarcinoma de esófago.
Con ello, la especialista en Aparato Digestivo subraya que el diagnóstico de la acidez estomacal es fundamentalmente clínico, con los síntomas típicos comentados de pirosis y de regurgitación ácida. "En pacientes en los que existen signos y/o síntomas de alarma, ERGE de larga evolución que además asocian falta de respuesta a tratamiento, sexo masculino, edad mayor de 50 años, obesidad y tabaquismo, se recomienda valorar la realización de pruebas complementarias como la gastroscopia", sostiene la doctora Romero.
POSIBLE SOLUCIONES FRENTE A LA ACIDEZ ESTOMACAL
Ante un posible caso de acidez estomacal, la miembro de la SEPD y la ASENEM menciona que la primera medida a tomar sería modificar el estilo de vida, realizando una dieta mediterránea, evitando el consumo de alcohol y de tabaco, así como la elevación del cabecero de la cama (en pacientes seleccionados), evitar el decúbito inmediato tras la ingesta y, lo más importante, mantener un peso adecuado. "La obesidad y el aumento de peso constituyen los dos principales factores de riesgo para sufrir una ERGE", apostilla.
Igualmente, indica que existen múltiples fármacos que pueden ser empleados en esta patología, como los antiácidos, el sucralfato, los antagonistas de los receptores de histamina H2, o los inhibidores de bombas de protones, entre otros; "todos estos fármacos deben ser siempre prescritos y supervisados por un médico", asevera.
El tercer escalón terapéutico, prosigue la también especialista en esófago de Barret, lo constituyen los tratamientos quirúrgicos o endoscópicos, encaminados fundamentalmente a restituir la barrera antirreflujo: "Son tratamientos con una eficacia a largo plazo similar al tratamiento médico, siempre que la selección del paciente sea la adecuada".
Sobre la dieta a seguir en estos casos subraya que la de elección en la ERGE es la mediterránea: "Clásicamente se ha señalado la asociación de múltiples alimentos y de bebidas con esta patología, tales como comidas grasas, cítricos, bebidas carbonatadas, chocolate, alcohol, café, entre otros, si bien no se ha demostrado que la limitación de su consumo beneficie de forma universal a estos pacientes, por lo que hay que intentar evitar las listas genéricas de alimentos y ajustar estos consejos a cada paciente de forma individualizada".
Con todo ello, la doctora Ana Isabel Romero Reina médico de Aparato Digestivo, especialista en esófago de Barrett y en pruebas funcionales en la Fundación Jiménez Díaz (Madrid), destaca que se debe consultar con un especialista siempre que se presenten síntomas persistentes de reflujo tratados o no tratados, así como si presenta alguno de los signos o síntomas de alarma mencionados: disfagia, anemia ferropénica, vómitos persistentes, hemorragia digestiva, pérdida de peso no justificada y la aparición de cualquier masa abdominal.