MADRID, 21 Feb. (EDIZIONES) -
El acoso laboral no solo deteriora la salud mental y emocional de quien lo sufre, sino que también deja una huella profunda en su bienestar físico, especialmente en la calidad del sueño. Las víctimas de acoso en el trabajo pueden experimentar insomnio, ansiedad y estrés crónico, pero el impacto de esta situación va más allá del individuo: sus parejas también pueden verse afectadas.
Un nuevo estudio revela que los problemas de sueño derivados del acoso pueden "contagiarse" en las relaciones, alterando la calidad de vida de ambos miembros de la pareja. Esto pone en evidencia cómo el acoso laboral no es un problema aislado, sino un fenómeno con repercusiones en la vida personal y familiar.
Una investigación de la Universidad de East Anglia (UEA) en el Reino Unido, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Sevilla en España arroja luz sobre las consecuencias a corto plazo del acoso laboral en varios indicadores del sueño. Entre ellos se incluyen despertarse demasiado temprano (severidad del sueño), interferencia con la vida diaria (impacto del sueño) e insatisfacción con el propio sueño (satisfacción del sueño).
En un artículo publicado en el 'Journal of Interpersonal Violence', los investigadores se propusieron examinar cómo el acoso en el trabajo afecta al insomnio y poner a prueba el papel mediador de la "rumia de la ira", que implica pensar de forma repetitiva y persistente sobre sucesos estresantes, como el acoso.
Descubrieron que la relación entre el acoso y el sueño aumenta con el tiempo, en particular en relación con las dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido y despertarse temprano por la mañana, y se explica por la ira relacionada con el trabajo que siente el empleado y esta rumia constante.
También encontraron evidencia de que los síntomas del insomnio son "contagiosos" entre los empleados y sus parejas, lo que significa que los problemas de sueño (tanto la gravedad como el impacto) de una persona pueden influir en la otra, lo que destaca cuán interconectada puede estar la salud del sueño en las relaciones.
La autora principal del Reino Unido, la profesora Ana Sanz-Vergel, de la Norwich Business School de la UEA, comenta: "Nuestros resultados muestran que los efectos del acoso laboral dependen del tiempo y son acumulativos, y van más allá del individuo y el entorno laboral, afectando también al sueño de la pareja.
"Cuando las personas sufren acoso en el trabajo, pueden recurrir a la rumia como una forma de procesar mentalmente e intentar afrontar los acontecimientos negativos. Sin embargo, este pensamiento repetido sobre los acontecimientos estresantes puede conducir al desarrollo de problemas de sueño, como dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido o impacto en la satisfacción y el sueño.
"Por lo tanto, la rumia puede verse como una estrategia de afrontamiento desadaptativa para lidiar con el acoso laboral, lo que significa que, si bien este tipo de reflexión puede parecer inicialmente una forma de resolver problemas o comprender la situación, en realidad puede conducir a más daños a largo plazo".
Actualmente, el conocimiento sobre el impacto a corto plazo de los procesos de acoso en el sueño y la asociación entre el acoso laboral y el sueño es limitado. Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que los problemas de sueño suelen ser respuestas inmediatas o de corto plazo a situaciones estresantes. También hay información limitada sobre los efectos del acoso más allá del individuo que lo sufre.
Para abordar este problema, el equipo llevó a cabo dos estudios. En el primero, se hizo un seguimiento de 147 empleados durante cinco días y, en el segundo, se hizo un seguimiento de 139 parejas durante un período de dos meses. En ambos, los participantes, todos ellos españoles, tuvieron que informar sobre su exposición al acoso laboral, la rumia relacionada con la ira en el trabajo y diferentes indicadores de insomnio.
El primer estudio mostró que el acoso afecta indirectamente la severidad del sueño a través de la rumia y en el segundo, también la satisfacción del sueño y el impacto del sueño, lo que indica que la rumia es un factor clave en cómo el acoso afecta varios aspectos de la calidad del sueño.
"Es muy interesante que el insomnio sea contagioso", expone el profesor Sanz Vergel. "Parece que los miembros de la pareja influyen en la intensidad del sueño y el impacto del mismo, lo que no es sorprendente, ya que el despertar de uno de ellos puede provocar que el otro también se despierte".
"Si es así, ambos pueden sentir que la falta de sueño interfiere en su vida diaria. La satisfacción con el sueño, en cambio, es menos susceptible de este contagio, posiblemente porque implica más elementos subjetivos".
Los autores recomiendan que las intervenciones en torno al acoso laboral se diseñen tanto a nivel organizacional como individual. Desde el punto de vista organizacional, la reducción de los factores de estrés y el fomento de una cultura organizacional saludable resultan cruciales. A nivel individual, las intervenciones deben centrarse en el desarrollo de habilidades para ayudar a las personas a lidiar de forma más efectiva con los factores estresantes.
El profesor Sanz Vergel añade: "La formación sobre cómo desconectar del trabajo ha demostrado ser eficaz y ha demostrado minimizar los efectos del acoso. Además, son necesarios programas de prevención orientados a la pareja en el contexto laboral, que podrían ayudar a proporcionar estrategias de afrontamiento a ambos miembros de la pareja, lo que a su vez reduciría los niveles de rumiación y el insomnio".