MADRID, 29 Ene. (EDIZIONES) -
En el control del envejecimiento desempeña una función fundamental la Medicina Antienvejecimiento, que es medicina preventiva y predictiva. Su principal objetivo es la prevención y detección temprana de trastornos relacionados con la edad.
Tal y como asevera en una entrevista con Europa Press Infosalus el profesor Antonio Ayala, catedrático de Bioquímica y Biología molecular de la Universidad de Sevilla, y vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), como nos podemos imaginar, este objetivo es "enorme", ya que la edad afecta a todas las partes del organismo y produce muchos cambios moleculares.
"Por ejemplo, los niveles hormonales decaen, las concentraciones de compuestos protectores también. Teniendo en cuenta que todos estos cambios bioquímicos pueden generar un problema, hay que prevenirlos a múltiples niveles. En este sentido, reponer las concentraciones sanguíneas de los compuestos que nos benefician, y eliminar aquellos que nos perjudican, es una estrategia más a añadir para controlar ese proceso tan complejo como es el envejecimiento", defiende.
UN ASUNTO POLÉMICO
Actualmente, señala este experto, la aplicación de plasma joven como terapia para combatir el envejecimiento es un asunto polémico y, en la mayor parte de los países no cuenta con la aprobación de las autoridades sanitarias.
Sin embargo, algunas empresas americanas han estudiado y ofrecen este tipo de tratamientos, según aprecia el doctor Ayala. En otros países dice que la regulación puede variar, ser muy laxa, e incluso son conocidos varios casos en los que este tipo de tratamientos se realizan en aguas internacionales para eludir las restricciones legales.
En el caso de España, resalta el vicepresidente de SEMAL, "afortunadamente", la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) es muy garante a la hora de evitar los riesgos derivados del uso de cualquier tipo de terapia, y el uso de plasma joven como terapia contra el envejecimiento no está ni respaldado, ni autorizado.
"Lo único que la AEMPS sí reconoce y regula el uso de plasma rico en plaquetas (PRP) autólogo, es decir, obtenido del propio paciente, para ciertos tratamientos médicos y estéticos", afirma.
No obstante, remarca este profesor y catedrático universitario que estas investigaciones están abriendo un nuevo frente de batalla para el control del envejecimiento: "El reto es seguir describiendo cuáles son los ingredientes (proteínas y factores de crecimiento) de la sangre que tienen estos efectos rejuvenecedores, muchos de los cuales son desconocidos hasta el momento.
Es más, comenta que no todas les células responden de igual forma al rejuvenecimiento. "En particular, las células madre mesenquimales de tejido adiposo, las células madre hematopoyéticas, y las hepáticas son las más beneficiadas", puntualiza.
EVIDENCIA CIENTIFICA SOBRE LA SANGRE COMO ANTIENVEJECIMIENTO
Así, el vicepresidente de SEMAL recuerda que el empleo de las trasfusiones de sangre como método antienvejecimiento se basa en unos experimentos que se hicieron hace ya bastante tiempo y en los que se vio que la sangre de ratones jóvenes rejuvenecía los órganos de un ratón viejo, después de que sus sistemas circulatorios fuesen unidos quirúrgicamente con una técnica llamada 'parabiosis'.
"En esta técnica, los animales de experimentación se unen por la piel, se colocan en una especie de 'camisa de fuerza' que los mantienen unidos, y a los pocos días los dos empiezan a compartir los sistemas circulatorios gracias a la formación de nuevos vasos sanguíneos por un proceso denominado 'angiogénesis'. Los primeros experimentos que emplearon esta técnica se hicieron en 1957", recuerda este experto.
Eso sí, el doctor Ayala considera que hay que tener en cuenta que la sangre tiene todo tipo de compuestos del tipo nutrientes esenciales, enzimas, plaquetas, células inmunes, ácidos nucleicos (ADN y ARN), además de citoquinas y de exosomas, que son vertidos a la sangre desde todas las células del organismo, incluidas las células madre, y que contribuyen en conjunto a la capacidad antienvejecimiento de la sangre joven.
SÓLO SE EMPLEA EL PLASMA
En este sentido, indica que más que la sangre total, lo que se usa son algunos de sus componentes, y el plasma y las plaquetas pueden ser donados universalmente a todos los tipos de sangre. "Es por eso, por lo que los estudios que se están haciendo sobre la capacidad antienvejecimiento de la sangre se centran principalmente en el uso del plasma", puntualiza.
Hay trabajos científicos actuales que demuestran que las infusiones de plasma sanguíneo mejoran una serie de marcadores del envejecimiento, que se podrían traducir en una mejora de la salud física, cognitiva y de la vitalidad, prosigue este catedrático de Bioquímica y Biología molecular de la Universidad de Sevilla. Por ejemplo, dice que, a nivel molecular y en animales de experimentación, la terapia con plasma joven mejora la edad biológica (medida mediante los relojes epigenéticos), y reduce el número de células senescentes (células que ya no funcionan adecuadamente) de los animales viejos receptores.
MOLÉCULAS PROPIAS DE LOS CENTENARIOS
Aquí recuerda este especialista que el uso de los componentes de la sangre, o de fracciones de la misma no es nuevo. "Por ejemplo, el plasma rico en plaquetas (PRP), o los exosomas en Medicina Regenerativa", agrega.
Reconoce que también se tiene conocimiento en relación a las moléculas presentes en la sangre que hay algunas que son características de personas que viven mucho tiempo, por ejemplo, los centenarios. "Estas moléculas son usadas por nuestras células para comunicarse entre ellas y son muy importantes para vivir mucho tiempo. Uno de estos estudios se está llevando a cabo por el grupo de Geriatría en el Hospital San Juan de Dios de Sevilla, y está liderado por la doctora Cristina Garzón", indica.
Cree que lo importante de estas investigaciones es que confirman que la edad de las células es modulable, y éstas pueden rejuvenecer cuando se ponen en un entorno más joven. "Y esto no sólo funciona a nivel celular, sino que hay un paralelismo en las personas, ya que cuando se encuentran rodeados de personas jóvenes se mejora, entre otros aspectos, su inmunidad, como puso de manifiesto los trabajos de la doctora Mónica de la Fuente, de la Universidad Complutense de Madrid", agrega.
Obviamente, en humanos no es posible realizar experimentos de parabiosis, tal y como prosigue el doctor Ayala. Señala que, en su lugar, lo que se está estudiando es el empleo de fracciones del plasma de individuos jóvenes, en concreto para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
"Otra aproximación consiste en tomar la sangre de los pacientes, y eliminar de la misma aquellas moléculas presentes en la sangre y que son responsables del declive cognitivo con la edad. Como vemos, en la sangre hay moléculas 'buenas', pero también las hay 'malas', siendo estas últimas las que se acumulan con la edad", concluye el vicepresidente de SEMAL.