MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los comportamientos repetidos que caracterizan el trastorno obsesivo-compulsivo son una manifestación de una disfunción cerebral subyacente que aún no se conoce bien. Ahora, en un estudio que se publica este jueves en la revista 'Neuron', científicos de Reino Unido informan sobre el uso de un modelo matemático que dicen que les ayudará a llegar a la raíz de lo que causa el TOC. Así, han detectado que las personas con TOC desarrollan un sentido interno y preciso de cómo funcionan las cosas, pero no lo usan para guiar el comportamiento.
"Este estudio demuestra que las acciones de las personas con TOC a menudo no tienen en cuenta lo que ya han aprendido", explica el autor principal de la investigación, Benedetto De Martino, científico del 'Brain Decision Modeling Laboratory' en el University College de Londres, Reino Unido. El estudio fue dirigido por los estudiantes de posgrado Matilde Vaghi y Fabrice Luyckx.
Los investigadores consiguieron medir el grado en que las creencias y la acción se disociaron entre sí, y encontraron que el grado de desacoplamiento podría predecir la gravedad de los síntomas del TOC. "Esto fue muy sorprendente --añade De Martino--. Es la primera vez que alguien ha podido calcular el grado de disociación y demostrar que se correlaciona con la gravedad de la enfermedad".
El laboratorio de De Martino está centrado en conseguir una comprensión mecanicista de la conexión entre confianza y acción. En concreto, su grupo analiza cómo la certeza guía las decisiones que tomamos. Por ejemplo, si estamos seguros de que va a llover, llevaremos un paraguas. "Pero sospechamos que en las personas con TOC, este eslabón está roto --señala--. Una persona con TOC dice que sabe que sus manos están limpias, pero sin embargo no puede dejar de lavarlas, porque dos cosas que normalmente están unidas entre sí --confianza y acción-- se han desacoplado".
Para estudiar la conexión, los científicos desarrollaron una prueba para medir este fenómeno. Para ello, reclutaron a 49 (24 con TOC y 25 controles emparejados) para jugar a un videojuego en el que tenían que coger objetos como monedas de un cubo. Después de varios ensayos, ambos grupos de participantes pudieron afirmar con confianza de dónde creían que venían las monedas; pero, mientras que los participantes saludables fueron capaces de colocar sus cubos sobre la base de esa creencia, los que tuvieron TOC siguieron cuestionándose a sí mismos, sin tener en cuenta la confianza que sentían y persiguiendo cada moneda constantemente moviendo sus cubos.
Este tipo de estudio pertenece a un campo relativamente nuevo de investigación llamado psiquiatría computacional, que se centra en el desarrollo de modelos matemáticos para entender los defectos en el cerebro que conducen a comportamientos perjudiciales.
"La medicina de hoy se centra mucho en la decodificación de los mecanismos en el cuerpo. Cuando hablamos de algo como una válvula cardiaca, esa es una parte mecánica que se puede entender claramente, pero el cerebro es un dispositivo computacional que no tiene partes mecánicas, por lo que necesitamos desarrollar herramientas matemáticas para entender qué sucede cuando algo va mal con un cálculo cerebral y genera una enfermedad", concluye este experto.