MADRID, 12 Nov. (EDIZIONES) -
La fatiga mental prolongada puede desgastar áreas del cerebro cruciales para la capacidad individual de autocontrol y provocar que las personas se comporten de forma más agresiva. Así lo concluye un nuevo estudio multidisciplinar publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), por un grupo de investigadores de neurociencias y economía de la IMT Escuela de Estudios Avanzados de Lucca (Italia) en colaboración también con investigadores de la Universidad de Florencia (también en Italia).
El trabajo relaciona el debatido concepto de "agotamiento del ego", es decir, la disminución de la fuerza de voluntad causada por la explotación previa de la misma, con cambios físicos en las áreas que gobiernan las funciones ejecutivas en el cerebro. En particular, la fatiga parece corresponder, en el cerebro despierto, a un aumento de las ondas EEG típicas del sueño en la zona de la corteza frontal dedicada a la toma de decisiones.
En la literatura científica, las teorías sobre el llamado agotamiento del ego surgieron a principios de la década de 2000. En su núcleo, se encuentra la idea de que el autocontrol es un recurso cognitivo limitado para todos y, por lo tanto, cuanto más se ejercita, más se agota. La literatura en economía conductual ha utilizado varios tipos de manipulaciones cognitivas típicas de los juegos económicos para mostrar el efecto del agotamiento del ego sobre el comportamiento, por ejemplo, una menor empatía hacia los demás, una menor tendencia a actuar de forma altruista o una mayor propensión a la agresión.
Sin embargo, en los últimos años esta teoría ha sido criticada: los estudios posteriores no siempre han logrado reproducir el efecto del "consumo" de fuerza de voluntad en individuos que realizan tareas cognitivas extenuantes o, si lo han logrado, han encontrado un efecto mucho menor del inicialmente estimado. Además, los correlatos cerebrales de tal efecto siguen siendo oscuros.
El nuevo estudio aborda el problema clásico añadiendo la perspectiva neurocientífica. La investigación sobre el sueño ha identificado un fenómeno llamado "sueño local": se produce cuando en algunas zonas del cerebro del individuo despierto empiezan a aparecer en el EEG una actividad neuronal típica del sueño, es decir, ondas delta. Se ha demostrado que esto ocurre sobre todo en casos de fatiga mental. "Nuestra hipótesis de partida era que el sueño local sería la manifestación neuronal del fenómeno del agotamiento del ego conocido en psicología", observa Erica Ordali , investigadora de la Escuela IMT y primera autora del artículo.
Para comprobar esta hipótesis, los investigadores sometieron a un grupo de sujetos a unas tareas de fatiga cognitiva de una hora de duración -en lugar de los quince minutos clásicos que se suelen emplear en este tipo de estudios- con el fin de hacer más evidente el efecto potencial, en caso de que se produjera. A continuación, los sujetos participaron en juegos económicos que exigían distintos grados de agresividad y cooperación, entre los que se encontraba el llamado juego del halcón y la paloma, en el que se repartían unos recursos limitados en una situación de entorno hostil, pudiendo elegir entre colaborar o comportarse de forma autoritaria, lo que puede suponer la pérdida de recursos para ambas partes.
En comparación con un grupo de control no sometido a fatiga cognitiva, los sujetos sometidos a ella se mostraron significativamente menos cooperativos y hostiles. En concreto, la tasa de cooperación pacífica descendió del 86% en el grupo "sin fatiga" al 41% en el grupo "con fatiga" (p>0,001, para un total de 447 sujetos).
A todos los participantes del experimento (44) se les realizó un electroencefalograma mientras jugaban a juegos de economía. De acuerdo con la hipótesis del estudio, en los individuos fatigados se observaron zonas con ondas típicas del sueño en algunas zonas de la corteza frontal, que estaban completamente ausentes en otras. "Nuestro estudio demuestra que la fatiga mental tiene un efecto medible en el comportamiento y que, cuando se establece un cierto grado de fatiga, las personas son más propensas a comportarse de manera hostil", apunta Ordali.
"Estos resultados aportan una base científica a la sabiduría popular que sugiere 'consultarlo con la almohada' antes de tomar una decisión, al demostrar que el agotamiento metabólico en ciertas áreas del cerebro afecta a nuestros procesos de toma de decisiones", afirma Pietro Pietrini, coautor del artículo y director del Laboratorio de Mente Molecular de la Escuela IMT, donde se diseñó el estudio.
Este fenómeno se relaciona con tres comportamientos claros:
Mayor impulsividad y toma de decisiones menos racionales
Menor disposición para cooperar con los demás
Aumento de comportamientos agresivos o autoritarios
"En general, estos hallazgos tienen implicaciones importantes para múltiples situaciones de la vida cotidiana, incluidas las transacciones económicas y los acuerdos legales, ya que demuestran que cuando el cerebro está 'cansado' podemos tomar decisiones que van incluso en contra de nuestros propios intereses. De hecho, esto es lo que la gente hace también en la mayoría de los actos delictivos", concluye Pietrini.