MADRID 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo análisis de muestras de sangre de personas vacunadas contra la COVID-19 ha identificado características moleculares distintas vinculadas a una mayor probabilidad de fatiga tras la vacunación. Al mismo tiempo, los investigadores han comprobado en experimentos en ratones que cambiar la estrategia de inyección de la vacuna, cambiando la intramuscular por la subcutánea, podría aliviar estos efectos adversos, según publican en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology'.
Los efectos adversos tras la vacunación pueden influir en la disposición de las personas a vacunarse o a recibir una dosis de refuerzo, lo que obstaculiza los esfuerzos para reducir la propagación y la gravedad de la COVID-19. Sin embargo, los fundamentos moleculares de los efectos adversos tras la vacunación no están claros.
Para mejorar la comprensión, Ayesa Syenina, de la Facultad de Medicina Duke-NUS de Singapur, y sus colegas analizaron muestras de sangre de 175 trabajadores sanitarios que recibieron BNT162b2, la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer-BioNTech. En concreto, utilizaron las muestras de sangre para analizar una instantánea de la expresión génica de cada participante, es decir, qué genes se activan o desactivan.
Este análisis reveló que las personas que experimentaron una fatiga moderadamente grave después de la vacunación eran más propensas a tener una mayor expresión basal de genes relacionados con la actividad de las células T y las células asesinas naturales, dos tipos de células clave en el sistema inmunitario humano.
Los investigadores también probaron dos estrategias diferentes de inyección de la vacuna en ratones. Algunos ratones recibieron BNT162b2 mediante inyección intramuscular, el método actual utilizado para los pacientes humanos, en el que la vacuna se inyecta en los músculos. Otros ratones recibieron una inyección subcutánea, en la que la vacuna se inyecta en el tejido justo debajo de la piel.
Tras la vacunación, en comparación con los ratones que recibieron la vacuna intramuscular, los ratones que recibieron la vacuna subcutánea mostraron respuestas del sistema inmunitario que coinciden con una menor probabilidad de efectos adversos como la fatiga. Sin embargo, la inyección subcutánea no pareció comprometer los efectos protectores de la vacunación.
Precisan que serán necesarias más investigaciones para desarrollar estos hallazgos y explorar su importancia clínica pero aseguran que aún así mejoran la comprensión de la fatiga postvacunación y ofrecen una posible estrategia para reducir su probabilidad.
Eng Eong Ooi, coautor del estudio, resalta que "este estudio proporciona una primera visión de la base molecular de un efecto secundario que muchos han experimentado tras la vacunación con ARNm".
"Esperamos que este hallazgo estimule más estudios para comprender plenamente los mecanismos subyacentes a los efectos secundarios asociados a las vacunas y contribuir colectivamente a desarrollar vacunas aún más tolerables", concluye.