MADRID 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad McMaster (Canadá) que compararon los sistemas de administración de vacunas respiratorias han confirmado que las vacunas en aerosol inhaladas proporcionan una protección mucho mejor y una inmunidad más fuerte que los aerosoles nasales.
Así, mientras que los aerosoles nasales llegan principalmente a la nariz y la garganta, los aerosoles inhalados eluden el conducto nasal y administran las gotas de la vacuna en lo más profundo de las vías respiratorias, donde pueden inducir una amplia respuesta inmunitaria protectora, informan los investigadores.
Para el estudio, publicado en línea en la revista 'Frontiers in Immunology', los investigadores utilizaron una vacuna contra la tuberculosis para comparar los métodos de administración midiendo la distribución de las gotitas, las respuestas inmunitarias y la potencia en animales.
Cuando la vacuna se administraba directamente en los pulmones, estimulaba respuestas inmunitarias más fuertes, proporcionando una protección mucho mejor contra la tuberculosis.
"Las infecciones del tracto respiratorio superior tienden a no ser graves. En el contexto de las infecciones causadas por virus como la gripe o el SARS-CoV-2, suele ser cuando el virus se adentra en el pulmón cuando enferma de verdad", explica Matthew Miller, coautor del estudio y titular de la Cátedra de Investigación de Pandemias Virales de la Universidad McMaster.
"La respuesta inmunitaria que se genera cuando se administra la vacuna en profundidad en el pulmón es mucho más fuerte que cuando sólo se deposita ese material en la nariz y la garganta, debido a la anatomía y la naturaleza del tejido y a que las células inmunitarias que están disponibles para responder son muy diferentes", apunta Miller, investigador del Nexo Global para Pandemias y Amenazas Biológicas de Canadá, que tiene su sede en McMaster.
"Este estudio aporta por primera vez pruebas preclínicas sólidas que apoyan el desarrollo de la administración de aerosoles inhalados en lugar de aerosoles nasales para la vacunación humana contra las infecciones respiratorias, como la tuberculosis, el COVID-19 y la gripe", afirma Zhou Xing, coinvestigador del estudio y profesor del Centro de Investigación en Inmunología y del Departamento de Medicina de McMaster.
Más de 6,3 millones de personas han muerto durante la pandemia de COVID-19, y las infecciones respiratorias siguen siendo una causa importante de enfermedad y muerte en todo el mundo, lo que ha impulsado un esfuerzo mundial urgente y renovado para desarrollar vacunas que puedan aplicarse directamente en el revestimiento mucoso del tracto respiratorio.
Los científicos de McMaster, que han desarrollado una forma única de vacuna COVID inhalada, creen que este método de administración profunda ofrece la mejor defensa contra la pandemia actual y las futuras.
En la actualidad se está llevando a cabo un ensayo clínico de fase 1 para evaluar la vacuna en aerosol inhalado en adultos sanos que habían recibido previamente dos o tres dosis de una vacuna COVID de ARNm inyectada.
Las vacunas antigripales en nebulización nasal han demostrado ser muy eficaces en los niños, pero mucho menos en los adultos, por lo que las vacunas antigripales inyectables son la opción más popular para la vacunación contra la gripe estacional.
Investigaciones anteriores del equipo de McMaster han demostrado que, además de no necesitar agujas y ser indolora, una vacuna inhalada es tan eficaz a la hora de dirigirse a los pulmones y las vías respiratorias superiores que puede lograr la máxima protección con una dosis mucho menor que las vacunas inyectadas.