Una variante genética podría curar un síndrome COPA, una enfermedad genética rara

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MADRID 28 Feb. (EUROPA PRESS) -

El síndrome COPA es una enfermedad genética rara que se caracteriza por mutaciones en el gen COPA. Esta mutación desencadena una disfunción en un proceso clave del sistema inmunológico, lo que provoca inflamación crónica y daño a varios órganos, principalmente los pulmones, los riñones y las articulaciones. La enfermedad puede causar dificultades respiratorias, neumonía recurrente, problemas renales y artritis, y en algunos casos puede ser mortal. Es un trastorno poco común, con pocos miles de casos diagnosticados, ya menudo no se detecta de inmediato debido a la variedad.

Científicos de la Universidad de California - San Francisco (Estados Unidos) han comparado cinco familias y múltiples generaciones para encontrar una variante genética que previene el síndrome COPA y abre la puerta a una nueva terapia genética para la enfermedad. Los resultados se publican en 'Journal of Experimental Medicine'.

En concreto, Anthony Shum, neumólogo de la Universidad de California en San Francisco y su equipo descubrieron que algunos familiares de pacientes con síndrome COPA se mantuvieron sanos, a pesar de tener la mutación causante de la enfermedad en el gen COPA, porque también tenían una variante protectora de otro gen conocido como HAQ-STING. Cuando los científicos introdujeron la variante protectora en las células pulmonares enfermas con síndrome COPA, las células mejoraron.

"Realmente creemos que HAQ-STING podría ser una herramienta de terapia genética y un claro paso hacia una cura", declara Shum.

El síndrome COPA es poco frecuente y afecta quizás a unos pocos miles de personas en los EEUU, muchas de las cuales no están diagnosticadas. El descubrimiento de la mutación COPA desencadenó iniciativas en todo el mundo para crear conciencia sobre la enfermedad, comprenderla y trabajar para encontrar una cura.

En 2020, mientras experimentaba con el gen COPA en el laboratorio, Shum descubrió un segundo gen de interés llamado STING. Cuando el COPA sufría una mutación, como sucede en las personas con síndrome COPA, el STING se descontrolaba. "Todo el mundo necesita STING para combatir infecciones ocasionales y deshacerse de virus, pero en los pacientes con síndrome COPA, STING está activo todo el tiempo", detalla Shum. "Esto provoca mucha inflamación y, por razones que no están del todo claras, daña los pulmones, los riñones y las articulaciones".

Pero los investigadores sabían que STING tenía una variante, llamada HAQ-STING, que aparecía en más de un tercio de la población. Así, se preguntaron si podría neutralizar los efectos de la mutación COPA y explicar sus efectos inconsistentes en las familias. Para probar su hipótesis, necesitarían la cooperación de docenas de pacientes y de sus familiares sanos.

De esta forma, Shum unió fuerzas con otra pediatra del Baylor College of Medicine, Tiphanie Vogel, para reunir registros de salud y muestras de ADN de 26 pacientes con síndrome de COPA de todo el mundo. También sometieron a nueve familiares sanos con la mutación COPA a varias rondas de pruebas, incluidas tomografías computarizadas y análisis de sangre para detectar inflamación, para asegurarse de que no tuvieran ningún síntoma de la enfermedad. Posteriormente, el equipo secuenció el gen STING en cada paciente y familiar.

"Todos los familiares sanos tenían HAQ-STING, mientras que ninguno de los pacientes con síndrome COPA lo tenía", apunta Noa Simchoni, neumóloga de la UCSF y primera autora del artículo. "Es el primer informe de un alelo común que brinda protección total contra un trastorno genético grave".

Simchoni y Shum vieron una clara oportunidad de probar si HAQ-STING podría usarse terapéuticamente. Tomaron células pulmonares de un paciente con síndrome de COPA y las trataron con HAQ-STING, algo similar a una terapia génica en una placa de Petri. Aunque estas células ya tenían otras formas de STING, la adición de HAQ-STING devolvió el equilibrio a sus señales inmunológicas.

Shum observa varios caminos prometedores para convertir el descubrimiento de HAQ-STING en un alivio para los pacientes con síndrome COPA. "Tal vez si a un bebé se le diagnostica prenatalmente la mutación COPA, pero carece de HAQ-STING, podríamos hacer una terapia génica prenatal", reflexiona Shum. "O en adultos, podríamos administrar HAQ-STING en un aerosol directamente a sus vías respiratorias y proteger sus pulmones", deja como idea.