MADRID, 13 Jun. (Infosalus/EP) -
El 30 por ciento de la población presentará alguna vez un cuadro de vértigo. Es muy frecuente y su origen puede estar en el herpes zóster, un traumatismo, las migrañas o el estrés. Aunque en la mayoría de los casos es benigno y su aparición breve si es recurrente es mejor visitar al médico para descartar posibles patologías del sistema nervioso central.
Según explica a Infosalus Salvador Tranche, médico de familia y Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el vértigo produce una sensación ilusoria de movimiento de todo lo que nos rodea, un movimiento que suele ser rotatorio, todo gira a nuestro alrededor.
Tranche señala que muchos pacientes llegan a la consulta con un cuadro de síntomas inespecíficos asociados a una sensación de inestabilidad física que suele cursar con náuseas, vómitos y sudoración. Hay que distinguir entre el vértigo y los síntomas que preceden a un síncope, que pueden ser similares pero que se acompañan de desfallecimiento y caída.
En el examen que se realiza en consulta se intenta provocar la sensación de vértigo para identificar su posible origen. Para ello se moviliza al paciente y se observan los movimientos rápidos e involuntarios de los ojos cuando se produce el vértigo, los denominados nistagmos, que pueden indicar si la causa del vértigo es central o periférica.
En términos generales, se cree que existe una alteración en el oído interno y que micropartículas que existen en las estructuras vestibulares resultan alteradas. Esta alteración puede ser de causa periférica (vértigo periférico) o central (vértigo central).
EL OÍDO, EL PRINCIPAL AFECTADO
El vértigo de origen periférico está asociado principalmente con las estructuras del oído y es el más común. Dentro de esta categoría el vértigo posicional paroxístico benigno es el más frecuente y en la mitad de los casos se desconoce el motivo por el que se origina.
Este vértigo posicional se desencadena en muchos casos por un movimiento del cuello, por eso en ocasiones se asocia con las cervicales aunque éstas no estén implicadas en el trastorno. Se cree que se debe a una falta de concordancia o asimetría de la información que llega hasta el cerebro procedente de los oídos.
Son episodios breves que duran entre tres y cuatro semanas y suelen tener buen pronóstico y no cronificarse aunque la recuperación no impide que puedan volver a repetirse desencadenados por, por ejemplo, episodios de estrés o ansiedad.
Otras causas de vértigo periférico pueden ser las infecciones del oído, un traumatismo o fármacos ototóxicos como los antidepresivos o los ansiolíticos. Los fármacos que tratan la hipertensión pueden dar lugar a hipotensión ortostática, una incapacidad del organismo para regular la presión arterial de forma rápida y que se asocia a cambios bruscos en la posición corporal. En estos casos el vértigo es un síntoma que sugiere la necesidad de ajustar el tratamiento y seguir sencillas pautas como evitar movimientos súbitos y pasar de una posición a otra de forma progresiva.
TRATAMIENTO: VOLVER AL EQUILIBRIO
Cuando las causas del vértigo se desconocen el tratamiento inicial se realiza en consulta. Mediante un protocolo de maniobras de movilización del paciente, el médico intenta 'readaptar' los líquidos dentro de los canales semicirculares del oído interno.
Con este objetivo, el facultativo mueve con suavidad la cabeza del paciente para colocarla en determinadas posiciones durante un breve espacio de tiempo de unos 20 a 30 segundos cada vez.
Fuera ya de consulta, si los vértigos persisten y la incomodidad es elevada se pueden emplear sedantes vestibulares que además reducen la ansiedad del paciente. Estos tratamientos no duran más de dos a tres semanas y no se puede sedar demasiado el oído porque éste podría perder funcionalidad, explica Tranche.
Además, se recomiendan ejercicios de higiene postural para evitar nuevos episodios de vértigo y reeducar al oído y sus estructuras internas mediante determinados movimientos de cuello y cabeza sobre los que orienta el médico.
MENIERE, VÉRTIGO CENTRAL Y FACTORES PSICOLÓGICOS
Existe un tipo de vértigo grave asociado a una enfermedad crónica del oído interno. Sus causas se desconocen y se presenta principalmente en mujeres, es la denominada enfermedad de Meniere. Se estima que lo padecen 2 de cada 1.000 habitantes.
Este trastorno crónico es muy discapacitante ya que conduce a una pérdida de audición progresiva, explica Tranche. En las crisis, además del vértigo se presentan pitidos intensos (acúfenos) y la sensación de tener el oído lleno (plenitud de oído). Además, en estos casos el estrés puede ser un desencadenante.
Cuando el vértigo se prolonga, se presentan más síntomas asociados o existe sordera se sospecha que su origen puede ser central y estar ocasionado por trastornos más graves como el ictus o la esclerosis múltiple. El vértigo es también un componente frecuente de las migrañas, fuertes dolores de cabeza en los que resultan implicadas distintas áreas cerebrales.
Los estudios de neuroimagen ayudan en este sentido a confirmar estas causas que tienen su origen en el sistema nervioso central o bien descartarlas y asociar el vértigo prolongado y recurrente a factores psicógenos como el estrés y la ansiedad.