MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Aproximadamente el 10% de los nuevos casos de cardiopatía coronaria que se producen en la década de la mediana edad podrían evitarse mediante la prevención de la deficiencia de hierro, sugiere un estudio publicado en 'ESC Heart Failure', una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
"Se trata de un estudio observacional y no podemos concluir que la carencia de hierro sea la causa de las cardiopatías --precisa el autor del estudio, el doctor Benedikt Schrage, del Centro Universitario de Corazón y Vasculatura de Hamburgo (Alemania)--. Pero cada vez hay más pruebas de que existe una relación y estos hallazgos sientan las bases para nuevas investigaciones que confirmen los resultados".
Estudios anteriores han demostrado que, en pacientes con enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca, la carencia de hierro estaba relacionada con peores resultados, como las hospitalizaciones y la muerte.
El tratamiento con hierro intravenoso mejoró los síntomas, la capacidad funcional y la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca y carencia de hierro inscritos en el ensayo FAIR-HF. A partir de estos resultados, el ensayo FAIR-HF 2 está investigando el impacto de la administración de suplementos de hierro intravenoso en el riesgo de muerte de los pacientes con insuficiencia cardíaca.
El presente estudio pretendía examinar si la asociación entre la deficiencia de hierro y los resultados se observaba también en la población general.
El estudio incluyó a 12.164 individuos de tres cohortes europeas basadas en la población. La edad media era de 59 años y el 55% eran mujeres. Durante la visita inicial del estudio, se evaluaron los factores de riesgo cardiovascular y las comorbilidades, como el tabaquismo, la obesidad, la diabetes y el colesterol, mediante una evaluación clínica exhaustiva que incluía muestras de sangre.
Los participantes se clasificaron como deficientes de hierro o no según dos definiciones: por un lado, deficiencia absoluta de hierro, que sólo incluye el hierro almacenado (ferritina); y, por otro, deficiencia funcional de hierro, que incluye la ferritina y el hierro en circulación para su uso por el organismo (transferrina).
"La carencia absoluta de hierro es la forma tradicional de evaluar el estado del hierro, pero no tiene en cuenta el hierro circulante --añade Schrage.-- La definición funcional es más precisa, ya que incluye ambas medidas y detecta a quienes tienen suficientes reservas pero no las suficientes en circulación para que el organismo funcione correctamente".
Se realizó un seguimiento de los participantes para detectar incidentes de enfermedad coronaria e ictus, muerte por enfermedad cardiovascular y muerte por cualquier causa.
Los investigadores analizaron la asociación entre la deficiencia de hierro y la enfermedad coronaria incidente, el accidente cerebrovascular, la mortalidad cardiovascular y la mortalidad por todas las causas después de ajustar la edad, el sexo, el tabaquismo, el colesterol, la presión arterial, la diabetes, el índice de masa corporal y la inflamación.
Los participantes con antecedentes de cardiopatía coronaria o ictus al inicio del estudio fueron excluidos de los análisis de enfermedades incidentes.
En la línea de base, el 60% de los participantes tenía deficiencia absoluta de hierro y el 64% tenía deficiencia funcional de hierro. Durante una mediana de seguimiento de 13,3 años hubo 2.212 (18,2%) muertes. De ellas, un total de 573 individuos (4,7%) murieron por una causa cardiovascular. Se diagnosticaron enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares en 1.033 (8,5%) y 766 (6,3%) participantes, respectivamente.
La deficiencia funcional de hierro se asoció con un riesgo un 24% mayor de enfermedad coronaria, un 26% de aumento del riesgo de mortalidad cardiovascular y un 12% de aumento del riesgo de mortalidad por todas las causas en comparación con la ausencia de deficiencia funcional de hierro.
La carencia absoluta de hierro se asoció a un riesgo un 20% mayor de cardiopatía coronaria en comparación con la ausencia de carencia absoluta de hierro, pero no se relacionó con la mortalidad. No hubo asociaciones entre el estado del hierro y los accidentes cerebrovasculares.
Los investigadores calcularon la fracción atribuible a la población, que estima la proporción de eventos en 10 años que se habrían evitado si todos los individuos tuvieran el riesgo de aquellos sin deficiencia de hierro al inicio. Los modelos se ajustaron por edad, sexo, tabaquismo, colesterol, presión arterial, diabetes, índice de masa corporal e inflamación.
En un periodo de 10 años, el 5,4% de todas las muertes, el 11,7% de las muertes cardiovasculares y el 10,7% de los nuevos diagnósticos de enfermedad coronaria eran atribuibles a la deficiencia de hierro funcional.
"Este análisis sugiere que si la carencia de hierro hubiera estado ausente en la línea de base, alrededor del 5% de las muertes, el 12% de las muertes cardiovasculares y el 11% de los nuevos diagnósticos de enfermedad coronaria no se habrían producido en la década siguiente", subraya Schrage.
"El estudio demostró que la deficiencia de hierro era altamente prevalente en esta población de mediana edad, y que casi dos tercios tenían deficiencia de hierro funcional" --prosigue--. Estos individuos eran más propensos a desarrollar enfermedades cardíacas y también tenían más probabilidades de morir durante los siguientes 13 años".
Según sugiere, los estudios futuros deberían examinar estas asociaciones en cohortes más jóvenes y no europeas. "Si se confirman las relaciones, el siguiente paso sería un ensayo aleatorio que investigara el efecto de tratar la deficiencia de hierro en la población general", comenta.