MADRID, 31 Mar. (EDIZIONES) -
Aunque parezca mentira, el virus de Epstein-Barr (EBV), tan frecuente en la población mundial, dado que el 90-95% de las personas estamos contagiadas y está el virus latente, puede predisponer a desarrollar enfermedades autoinmunes de la talla del lupus, o bien la esclerosis múltiple o el cáncer. ¿Cómo puede hacerlo?
En una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el doctor Felipe Franco Burbano, coordinador de Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de Madrid, justifica el 'poder' de este virus tan común en su capacidad para alterar la respuesta inmunitaria, y la función celular:
·Enfermedades autoinmunes: Se piensa que EBV contribuye a enfermedades como el lupus eritematoso sistémico y la esclerosis múltiple a través de un mecanismo llamado "mimetismo molecular"; el virus produce proteínas similares a las de algunas células del cuerpo, lo que puede llevar al sistema inmunitario a atacarlas por error, desencadenando una respuesta autoinmune.
·Cáncer: El EBV está asociado con linfomas como el de Burkitt y el de Hodgkin, así como con el carcinoma nasofaríngeo; su papel en el cáncer se debe a su capacidad de activar genes celulares que favorecen la proliferación descontrolada de células infectadas, y a la inhibición para controlar dicha multiplicación.
"Aunque EBV suele ser inofensivo en la mayoría de las personas, y cursar como cualquier infección viral no complicada, en ciertos casos puede contribuir a enfermedades graves al interferir con la regulación del sistema inmunológico, y en el control del crecimiento celular", argumenta este experto.
UNA CONDICIÓN NECESARIA PARA DESARROLLAR LA ENFERMEDAD
Mientras, desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), su portavoz Gema Fernández Rivas explica que, recientemente, estudios científicos vinculan al EBV con la esclerosis múltiple.
"Se demuestra que todos los individuos que desarrollan esclerosis múltiple están infectados por el este virus. Esto no quiere decir que todas las personas infectadas por el mismo vayan a desarrollar esclerosis múltiple evidentemente, pero es una condición necesaria para desarrollar la enfermedad", agrega.
Se cree que el virus puede desencadenar esta enfermedad al alterar la respuesta inmune, según prosigue esta doctora, y hacer que se produzcan anticuerpos contra nosotros mismos (autoanticuerpos) que atacan diferentes partes del cuerpo. "En individuos con enfermedades autoinmunes, la infección por VEB no sería la causa, pero sí un factor clave", apunta.
Es más, indica la miembro de la SEIMC que se ha relacionado también con diversos tipos de cáncer, como el carcinoma de nasofaringe, o algunos tipos de linfoma, porque las células infectadas se multiplican descontroladamente y de forma autónoma, y no se produce la muestra celular programada que tienen las células humanas para que no tenga lugar este fenómeno de multiplicación descontrolada. "Este proceso en combinación con otros factores puede dar lugar al desarrollo de cáncer", añade.
SE ESTIMA QUE EL 90% POBLACIÓN INFECTADA
Recuerda a este respecto el doctor Felipe Franco Burbano, coordinador de Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, que el EBV se transmite principalmente a través de la saliva, por lo que el contagio puede ocurrir mediante besos (por eso se conocida ampliamente como la enfermedad del beso), tras compartir utensilios, vasos o cepillos de dientes, e incluso a través de gotas de saliva al hablar. "También puede transmitirse por transfusión de sangre u órganos infectados, aunque esto es menos común", avisa.
Este urgenciólogo mantiene también que la infección suele ocurrir en la infancia o en la adolescencia: "En niños pequeños, generalmente pasa desapercibida o con síntomas leves similares a un resfriado. Sin embargo, cuando se adquiere en la adolescencia o en la adultez temprana puede causar mononucleosis infecciosa, con síntomas como fatiga intensa, fiebre, inflamación de ganglios, y dolor de garganta, que puede cursar por días o semanas".
PREVENIR LA INFECCIÓN PRIMARIA O EVITAR SU REACTIVACIÓN
Desde la SEIMC, la doctora Gema Fernández Rivas lamenta, eso sí, que actualmente no hay ninguna vacuna disponible para prevenir la infección primaria por EBV, aunque sostiene que sí se pueden tomar algunas medidas para reducir el riesgo de contagio:
Evitar el contacto con saliva de personas infectadas, ya que el EBV se transmite principalmente por esta vía (por ejemplo, besos, compartir utensilios, vasos o cepillos de dientes). Practicar una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia para evitar su transmisión. Evitar compartir objetos personales que puedan estar contaminados con saliva. Ser cauteloso en entornos de alto riesgo, como dormitorios compartidos o reuniones donde haya personas con síntomas de mononucleosis infecciosa.
El único factor capaz de controlar que el virus no se reactive es mantener un sistema inmunológico fuerte. "En la actualidad existen algunos antivirales que se pueden emplear en determinadas situaciones para controlar la replicación del virus, pero que no consiguen eliminarlo totalmente. Debido a su impacto en la salud, la comunidad científica está trabajando en tratamientos y vacunas contra EBV. Además, se están desarrollando tratamientos antivirales específicos que atacarían a la maquinaria del virus e impedirían su replicación, inmunoterapia con células específicas o con anticuerpos específicos contra el VEB", añade.
Dice que también se están desarrollando vacunas para evitar las primoinfecciones por VEB: "Las vacunas podrían ser clave para prevenir la infección primaria y reducir el riesgo de otras enfermedades asociadas con EBV. Sin embargo, todavía estamos aún en las primeras fases de la investigación, y todavía quedan años antes de que puedan estar disponibles".
