MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) - La participación en el mercado laboral protege la salud mental ya que el empleo, más allá de los beneficios económicos, promueve la inclusión social, proporcionando estatus, identidad y facilitando las relaciones personales de manera que la tasa de trastornos del estado del ánimo de las personas que trabajan (5,7%) es la mitad que la de las desempleadas (11,5%) e inactivas (11,8%).