MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) - Aunque llevamos años temiendo la cuesta de enero, es diciembre el mes que hay que temer ya que los gasto se disparan pensando que 'todo vale' y el consumo parece justificado ante el derroche de las fiestas navideñas. Los gastos en regalos, comidas, cenas, decoración y ropa están justificados, sin embargo hay uno más que se dispara, la lotería de Navidad, cuya compra termina siendo compulsiva para una gran parte de la población que nunca juega.