Igualmente, rechaza que el porno en los menores aumenta sus niveles de ansiedad, a la vez que disminuye la capacidad de las funciones ejecutivas, que se están desarrollando con la adolescencia, y que están relacionadas con el control de los impulsos, con la toma de decisiones, la organización, la planificación, la voluntad, o la conciencia ética; "todas estas habilidades se ven interferidas por el consumo de porno", advierte este sexólogo clínico.