Saúl Martínez-Horta, neuropsicólogo: "Olvidar cosas, recuerdos o nombres es normal y necesario"

Archivo - Olvidar la llave de casa en la puerta
Archivo - Olvidar la llave de casa en la puerta - PRUDENCIOALVAREZ/ ISTOCK - Archivo
Actualizado: viernes, 13 diciembre 2024 9:20

   MADRID, 13 Dic. (EDIZIONES) -

   Es súper frecuente que se nos olviden cosas, y quien diga lo contrario está mintiendo. Seguro que alguna vez te has quedado con una palabra en la punta de la lengua, y otra no sabes a qué has ido a la cocina o de qué te suena esa persona. Es algo normal, pero es que también estos olvidos son necesarios.

   Así nos lo explica en una entrevista con Europa Press Infosalus Saúl Martínez-Horta, doctor en Medicina y especialista en neuropsicología clínica, así como experto del servicio de Neurología del Hospital Sant Pau de Barcelona, y que ha publicado '¿Dónde están las llaves'? (Geoplaneta).

   Le preguntamos por qué tantas veces se nos olvidan las cosas, y por qué tienen lugar los olvidos cotidianos, algo que explica con que se trata de "un reflejo de lo que somos y de cómo funcionamos". "El fenómeno del olvido es un proceso natural, es decir, los procesos cognitivos no están evolutivamente diseñados para que retengamos toda la información. Olvidar es algo normal y necesario", insiste este experto.

CUÁNDO HAY UN PROBLEMA

   El problema con el olvido, según prosigue, es cuando éste se aleja de la normalidad y se aproxima a la patología. "En cualquier caso, hay una infinidad de escenarios en el día a día, y donde aparentemente olvidamos información y esto nos molesta. Lo más probable es que esto no signifique enfermedad, sino que refleje los mecanismos que rigen la memoria y la atención, porque lo normal es que estos fallen de manera cotidiana y esto no es un problema", añade.

   Dice que para que algo se olvide antes, lo tienes que haber aprendido: "Muchas veces no prestamos suficiente atención a determinados sucesos o eventos, de modo que éste no termina por convertirse en un recuerdo, y tenemos esa sensación de olvido cuando en realidad no la hemos incorporado".

   Sobre cuándo se debe sospechar ante un olvido, por si puede tratarse de una demencia, o de otra enfermedad del cerebro, Martínez-Horta remarca que cuando los fallos de memoria no son anecdóticos ni puntuales, sino que suelen ser persistentes en el tiempo, además de empeorar conforme pasan los días, llegando incluso a interferir en la forma en la que nos relacionamos con el mundo.

   "Cuando esto sucede, se debe valorar qué está pasando. Y aunque no necesariamente esto signifique que haya enfermedad, sí que es importante tener en cuenta algunas de las posibilidades que lamentablemente puedan suceder", subraya este neuropsicólogo.

POR QUÉ NO RECORDAMOS EXACTAMENTE CÓMO FUERON LAS COSAS

   ¿Por qué a veces no nos acordamos de cómo sucedieron correctamente las cosas? Este especialista señala que, en estos casos, la interpretación que hacemos de la realidad que vivimos es en cierta medida una reconstrucción: "El cerebro ni experimenta el mundo externo tal y como es, sino que, de algún modo, lo reconstruye. Ni lo almacena con forma de recuerdo como si fuera una foto perfecta de lo sucedido, sino que lo almacena como un código neuronal".

   El acto del recuerdo implica recomponer este código y devolverlo a una forma similar al estado original, según prosigue este especialista, si bien aquí precisa que el cerebro usa su propio conocimiento, 'qué es lo más probable que sucediese', para ir dando forma a lo que sucedió, de manera que transforma el aspecto del recuerdo. "De hecho, todos nuestros recuerdos están transformados con respecto a la realidad, y esto explica el porqué de la transformación de muchos recuerdos que tenemos", matiza.

   Otra cuestión es por qué de manera selectiva tendemos a recordar mejor ciertas cosas y otros sucesos de la vida se olvidan por completo. "Esto no es un fenómeno que sea fruto de la voluntad, sino que hay determinados condicionantes que favorecen que la información se almacene de un modo u otro. En esencia esto es el condicionante emocional; de manera que si una experiencia va asociada a un componente emocional se recordará de una forma más intensa, que otros sucesos emocionalmente intranscendentes. Todo el mundo recuerda qué estaba haciendo durante los atentados de Madrid o del 11 S al verlo por la tele", subraya.

NO NORMALIZAR CAMBIOS COGNITIVOS POR EL PASO DEL TIEMPO

   En último lugar, lamenta este especialista del Hospital de Sant Pau que muchas veces normalizamos determinados cambios cognitivos, como algo que es consecuencia de la edad, "como por ejemplo el que un padre esté más lento o menos atento porque ya es mayor". De hecho, reconoce que en gran parte de las ocasiones se va al médico y éste dice que no pasa nada, que es normal este cambio cognitivo por el paso del tiempo.

   Es por ello por lo que Martínez-Horta aconseja ante este tipo de situaciones la realización de una exploración neuropsicológica al paciente para poder discriminar si este cambio cognitivo que explica es o no un problema.

   "En esencia, cuando una persona detecta que algo está cambiando, sin tenerle miedo o sin que esto implique que hay enfermedad, impone la necesidad de que se evalúen las condiciones en las que se está dando; pero en no pocas ocasiones puede ser que suceda algo que se puede tratar o trabajar sobre ello", concluye este doctor en Medicina y especialista en neuropsicología clínica, así como experto del servicio de Neurología del Hospital Sant Pau de Barcelona.

Contador

Leer más acerca de: